miércoles, 7 de noviembre de 2012

Próxima Parada

Una vez que lo tomas como rutina los viajes en metro, dejan de ser viajes t pasan a ser trayectos. Nadie se mira. Nadie se escucha. Nadie se espera.

En este espacio somos como máquinas, con el automático puesto para llegar a su destino. Sin distracciones. Es como una perfecta colonia de hormigas.
Subimos, bajamos, obviamos... Puedes haberte encontrado con esa persona cientos de veces, pero jamás la reconocerías. Nunca llegarías a saber su historia. Porque en el fondo, el metro es eso, historias que se entrecruzan sin saludarse. Trayectos de vidas que buscan un destino.